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“No tolero a mi inquilino”.  ¿Qué hacer?

El desafío de quién cuidará de mi propiedad

Asumir la llegada de un inquilino implica dejar nuestro piso o una habitación de él en manos de un posible desconocido. Cuando alguien más está a cargo de nuestro apartamento, nos causa cierta tranquilidad, pues suponemos que está cuidado o es lo que “debería” suceder; ahora, lo desafiante del asunto es que desconoces a quién entregas realmente tu inmueble y aunque las cláusulas estén explícitas en el contrato, no todos cumplen con los requisitos establecidos.

La relación entre propietario – inquilino debe ser sumamente clara, respetuosa, sincera y para nada disonante, pues se generaría una contienda entre las partes, pero si esto ocurre por desacato continuo de las normas de convivencia o incumplimiento contractual, comenzará la falta de confianza con la propiedad y la frase “mi inquilino es insoportable. No sé qué hacer”, será cada vez más recurrente en tu repertorio. ¡Es momento de actuar, sin recurrir a la fuerza!  

Te daremos algunas recomendaciones si esta situación incómoda con tu inquilino te sucede, dependiendo del caso… 

  • ¿Retrasos en el pago del alquiler del piso o habitación? El pago del alquiler es una de las cláusulas fijadas en el documento y si esta falla con frecuencia, como resultado, se procede al desahucio. Lo mejor es agotar todas las vías de negociación para llegar a un acuerdo en el que el inquilino pague un interés por la impuntualidad o se fije un calendario de pagos, en el que abone sus cuotas pendientes hasta alcanzar la fecha límite. Para descartar estos impases, contrata el servicio de alquiler con agencias como SwiftFlats, encargadas del control del pago de la renta. Desde el comienzo, ¡Haz a un lado estas molestias y alquila sin inconvenientes! 
  • El inquilino “se hace notar”. Una situación recurrente con los huéspedes rebeldes es que son ruidosos, perturbando la paz de los vecinos o de sus compañeros de piso. ¿Cómo atender estas quejas? Trata de conversar con él antes de tomar alguna decisión tajante, en vez de resolutiva. Debe entender que el estruendo es molesto para la sana convivencia y de no acatar la norma, será motivo de un reclamo por medio de un burofax y, seguidamente, una demanda. 
  • “¡Tengo un inquilino conflictivo!”. El respeto es fundamental para una convivencia armónica, respetar al otro es la clave para sostener el equilibrio entre las relaciones. Un vecino problemático es motivo de constantes quejas y la solicitud de su prematuro abandono, ¡Qué vergüenza! ¿Te ha pasado? Probablemente tu móvil no pare de recibir mensajes de intolerancia hacia tu huésped. ¡Toma cartas en el asunto! Dialoga con él y notifícale sobre las acciones legales que aplicarás si no se ajusta a la normativa. En caso de que los conflictos persistan, deberás buscar apoyo de los residentes y llamar a la policía para que intervenga en cuestión. 

Mediar con tu inquilino puede ser la solución

  • Algunos inquilinos tienen atrasos en el pago de los servicios públicos, trayendo como resultado multas, desconexión o pérdida del servicio; a estos efectos, la terminación del contrato es una posible consecuencia y el propietario estará facultado para ponerle fin unilateralmente. Es necesario que monitorees el cumplimiento puntual de los pagos que competen al inmueble; no se trata de evitar la situación, sino de atenderla a tiempo y escuchar el origen del problema. 
  • ¿Ex-inquilino que aún no desocupa el inmueble? ¡Este inconveniente te habrá generado más de un dolor de cabeza! Finalizó el contrato de alquiler, la prórroga se ha vencido y el habitante no te ha entregado las llaves o se muestra reacio a desocupar la residencia… No es aconsejable que cambies las cerraduras de la vivienda o caigas en amenazas violentas, lo mejor será presentar una demanda de desahucio por fin del plazo. Para este procedimiento debes recaudar el contrato de arrendamiento, una copia de las escrituras de propiedad del inmueble, el poder para pleitos y las notificaciones que le has hecho previamente al inquilino; el tribunal se encargará de hacerle seguimiento a la demanda hasta proceder con el juicio.

Como propietario es importante que conozcas un poco sobre las actividades que realiza el inquilino a quien vas a alquilar el piso, esto te dará una pequeña vista sobre sus gustos, sus posibles molestias y, finalmente, te permitirá estar atento ante cualquier situación que se salga de los acuerdos contractuales o de las normas de convivencia. Es imprescindible crear un ambiente pacífico, en el que la solución de problemas sea el primer paso; puedes abrir otros canales de entendimiento como un formulario de quejas para atenderlo y darle rápida respuesta.

El desahucio es la última opción

La rescisión del contrato puede estar motivada por cambios o daños a la infraestructura (sin avisar), retraso en el pago del alquiler del piso o de los servicios públicos, subarriendo, inquilinos problemáticos, actividades ilícitas (en el apartamento), cambios del uso del inmueble, fallecimiento del fiador o embargo de la propiedad. En este sentido, el diálogo, el respeto, la responsabilidad, la legalidad e incluso, un poco de empatía serán piezas fundamentales para que tu proceso de alquiler sea exitoso.

Algunas agencias de bienes raíces como SwiftFlats, asumen el control y gestión de pagos de la renta y de las facturas de los servicios públicos, al igual que la gestión de imprevistos, cuenta con un Seguro de Responsabilidad Civil y responden por las reparaciones de tu piso; además ofrece asistencia legal ante situaciones incómodas entre las partes del contrato.

Hazlo con responsabilidad y compromiso, contrata con SwiftFlats. ¡Ten menos molestias y más soluciones!